¿Pueden los muebles de una vivienda identificar los gustos y preferencias de quienes habitan en ella para cubrir todas sus necesidades y proporcionales el mayor grado de confort posible?
Dicho así puede sonar casi a película de ciencia ficción, pero las diferentes aplicaciones que va poco a poco desarrollando la tecnología domótica facilitan que este tipo de ideas se vayan convirtiendo en realidad.
De hecho, hace ya un par de años, el Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines (AIDIMA), presentó en el Parque Tecnológico de Paterna (Valencia) la primera vivienda en la que todo el mobiliario se adaptaba a las costumbres de los habitantes.
Así, además de las aplicaciones tradicionales con las que se suele asociar la domótica –sistemas de seguridad, control de temperatura o la iluminación o automatización de los aparatos electrónicos- en este prototipo, por ejemplo, se informaba de los productos que quedaban en la despensa o se sugerían platos en función de los alimentos disponibles, la caducidad de los mismo y el tipo de dieta que se acostumbraba a llevar.
Igualmente, el sofá se transformaba en una especie de “isla tecnológica” en el que se combinaba la informática, la domótica y la electrónica para crear un mecanismo gracias al cual se controlaba toda la casa.
Posteriormente, y continuando con las investigaciones en este terreno, la corporación tecnológica Tecnalia –en colaboración con otras empresas- ha desarrollado un concepto que amplía las funcionalidades que ofrecen los muebles tradicionales.
Así, bajo el nombre EgurTOUCH, el proyecto ha intentado aprovechar el suave tacto de la madera para que la pieza funcione como un centro de control inteligente. Es decir, sin necesidad de pulsar ningún botón, el usuario podrá, por ejemplo, encender una luz o regular los dispositivos eléctricos de una habitación.
Los muebles que disponen de esta tecnología ofrecen las prestaciones de cualquier pieza que no la incorpore –posibilidad de elegir entre diferentes acabados, colores, etc.- además de, evidentemente, una zona que, al ser tocada por el usuario, permite controlar las aplicaciones para las que haya sido previamente programado.
Con ello se dota de un valor añadido al mobiliario y se favorece, también, que el usuario pueda controlar cada vez con mayor facilidad cualquier aplicación del hogar que mejore su confortabilidad.
Foto: guiamuebles.com